No hay lineas semejantes que se junten en algún horizonte.
Es el momento en lo que lo desconocido se toca como lo conocido.
Roces y prejuicios.
Delirios en vasos de cristal con adornos en plata.
La idea de un dormir conciso en promesas desiste en seducir al más impaciente profeta.
Oh si, me alimento de ilusiones personales con efecto alucinógeno apuntando a la difuminación sentimental y material.
Adjudico a la noche como poética, mientras la sangrienta "mentirita" escupe llamaradas de violencia roja.
Pero, a su vez, no resisto al encanto de sus casualidades informalmente precarias.
Caeré rendida a sus pies.
Somos presidiarios de un mismo destino, piedras con azúcar para el desayuno y fresas para una dieta baja en grasas.
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